viernes, 6 de mayo de 2011

Mulan.

Hace muchos años los chinos vivían en paz, gobernados por un anciano y sabio emperador. Pero ocurrió algo terrible:los hunos, mandados por Shan Yiu, cruzaron la Gran Muralla y entraron en China arrasándolo todo a su paso.El emperador orsenó que un hombre de cada familia se incorporara al ejército. Cuando el emisario imperial llegó a casa de la familia Fa, la joven Mulán protestó: su padre no podía combatir por culpa de una antigua herida. El emisario, enfadado, la ordenó callar.Pero Mulán no estba de acuerdo. En su familia sólo había un hombre. <>, se dijo. Cogió la armadura y la espada de su padre, montó en su caballo Khan y se fue, decidida a incorporarse al ejército. <>, pensó. Los espíritus de los Ancestros se reunieron en el templo.Tenían que hacer algo por ella, enviar a alguien a protegerla, pero, ¿ a quién? Se ofreció Mushu, el dragoncito. Todos se echaron a reír.Consideraban a Mushu demasiado pequeño para proteger a alguien. Pero él quería conseguir el puesto de dragón guardián, y convenció a Grillo ( el insecto que la abuela de Mulán creía que daba buena suerte) para ir juntos a proteger a la muchacha. -La libraremos del peligro-dijo Mushu. Mulán se presentó ante Shang, el capitán que preparaba a los soldados.
-¿Cómo te llamas?-preguntó.
-¿Yo?Pues... ¡Ping!-contestó Mulan hizo amigos pronto:Ling, Yao y Chien Po . Mushu y Grillo estaban siempre con ella, y la aconsejaban. Por fin el ejército chino se enfrentó a los hunos, que eran mucho más numerosos. ¡ Iban a ganar!Pero a Mulán se le ocurrió una idea estupenda. Disparó un cañón; la bala fue a caer en la mantaña cunierta de nieve y provocó un alud. Los hunos quedaron sepultados. Sólo Shan Yiu -que hirió a Mulán-y cinco se sus hombres, se salvaron.
-¡Bravo!-gritaron los soldados chinos-. ¡El soldado Ping es el más valiente! El médico militar curó la herida de Mulán, pero contó que el héroe era, en realidad..., ¡una mujer! Chi Fu, el consejero imperial, pidió a Shang que la matara. Éste se negó, pero se sentía engañado y traicionado, y se alejó enfadado, dejando a Mulán sola y triste. Días después, Mulán se enteró de que Shan Yiu y sus hombres se dirigían a la Ciudad Imperial. Corrió a la ciudad y avisó a Shang, pero como seguía enfadado, no la creyó. De repente se oyeron gritos y supieron que Shan Yiu había entrado en el palacio y hecho prisionero al emperador. Luego, amenazó con matar a quien intentara liberarle. A Mulán se le ocurrió otra de sus geniales ideas. Disfrazó a sus amigos de mujeres y entraron en el palacio, dejaron fuera de combate a los hunos, rescataron al emperador y le bajaron por una cuerda. Sólo quedaba Shan Yiu, y Mulán se enfrentó a él. Pero el jefe huno era demasiado fuerte y feroz. ¿Como podía vencerle?¡Con la ayuda de un dragon y un insecto! Mientras luchaban en los tejados, Mushu llegó volando con un cohete a la espalda al que Grillo encendió la mecha. Fueron derechos hacia Shan Yiu, pero saltaron a tiempo. El cohete golpeó al huno y le lanzó a la torre de fuegos artificiles. Hubo una terrible explosión. Así acabó la amenaza sobre China. El emperador entrgó a Mulán una medalla y la espada se Shan Yiu. Y ofreció a la joven el cargo de consejera. Pero Mulán no aceptó, porque nada deseaba tanto como reunirse con se familia. Montó sobre Khan y partió al galope.Mulán abrazaba a su padre, después de besar a su madre y a su abuela, cuando alguien apareció.¿Quién?: Shang. Él sentía algo especial por Mulán, y , además, el emperador la había dicho:
-Si yo fuera tú, no perdería una mujer como ella. ¡Hay muy pocas!Poco después, en el templo familiar, Mushu hizp sonar el gong.
-¡Vamos a celebrarlo!-gritó. Había conseguido el puesto de guardián.


PERSONAJES:                           Nuestra protagonista se llama Mulán. Es una joven que se hace pasar por chico para impedir que su padre se una al ejercito para ir a la guerra




Sus padres y su abuela


Su caballo khan y su perro


Shang, es el capitán del ejercito


Sus compañeros del ejercito Ling, Yao y Chien Po





El emperador
Shanyu, jefe de los invasores
Su grillo crikee y el dragón mushu la acompañarán durante su travesía para que no le pase nada
Su grillo crikee y el dragón mushu la acompañarán durante su travesía para que no le pase nada

Pocahontas




Pocahontas era la hija del rey Powhatan, el que reinaba sentado en un trono hecho como para servir de cama y cubierto con un gran manto de pieles de mapache cosidas de las cuales pendían todas sus colas. Fue criada en una casa alfombrada con esteras, entre sacerdotes y mujeres que tenían la cabeza y los hombros pintados de rojo vivo y que la entretenían con mordillos de cobre y cascabeles de serpiente. Namontak, un servidor fiel, velaba por la princesa y organizaba sus juegos. A veces la llevaban a la floresta, junto al gran río Rappahanok, y treinta vírgenes desnudas bailaban para distraerla. Estaban pintadas de diversos colores y ceñidos por hojas verdes, llevaban en la cabeza cuernos de macho cabrío, y una piel de nutria en la cintura y, agitando mazas, saltaban alrededor de una hoguera crepitante. Cuando la danza terminaba, desparramaban las brasas y llevaban a la princesa de regreso a la luz de los tizones.
En el año 1607 el país de Pocahontas fue turbado por los europeos. Gentilhombres arruinados, estafadores y buscadores de oro, fueron a acostar en las orillas del Potomac y construyeron chozas de tablas. Les dieron a las chozas el nombre de Jamestown y llamaron a su colonia Virginia. Virginia no fue, por esos años, sino un miserable pequeño fuerte construido en la bahía de Chesapeake, en medio de los dominios del gran rey Powhatan. Los colonos eligieron para presidente al capitán John Smith, quien en otros tiempos había corrido aventuras hasta por tierra de turcos. Deambulaban por las rocas y vivían de los mariscos del mar y del poco trigo que podían obtener en el tráfico con los indígenas.
Al principio fueron recibidos con gran ceremonia. Un sacerdote salvaje tocó ante ellos una flauta de caña; alrededor de sus cabellos anudados llevaba una corona de pelos de gamo teñida de rojo y abierta como una rosa. Su cuerpo estaba pintado de carmesí, su rostro de azul; y tenía la piel salpicada de lentejuelas de plata nativa. Así, con la faz impasible, se sentó en una estera y fumó una pipa de tabaco.
Después otros se alinearon en columnas de a cuatro, pintados de negro y de rojo y de blanco y algunos por mitades, cantando y bailando delante de su ídolo Oki, hecho con pieles de serpientes rellenas de musgo y adornadas con cadenas de cobre.
Pero pocos días después, cuando el capitán Smith exploraba el río en una canoa, fue de pronto asaltado y maniatado. Lo llevaron en medio de terribles alaridos a una casa larga donde lo custodiaron cuarenta salvajes. Los sacerdotes, con sus ojos pintados de rojo y sus rostros negros cruzados por dos grandes franjas blancas, circundaron por dos veces el fuego de la casa de guardia con un reguero de harina y de granos de trigo. En seguida John Smith fue conducido a la choza del rey. Powhatan vestía su manto de pieles y aquellos que estaban alrededor de él tenían los cabellos adornados con plumas de pájaro. Una mujer llevó al capitán agua para lavarle las manos y otra se las secó con un manojo de plumas. Mientras tanto, dos gigantes rojos depositaron dos piedras planas a los pies de Powhatan. Y el rey levantó la mano, como señal de que John Smith iba a ser acostado en esas piedras y que se le aplastaría la cabeza a mazazos.
Pocahontas tenía apenas doce años y sacaba tímidamente la cabeza por entre los consejeros pintarrajeados. Gimió, se lanzó hacia el capitán y puso su cabeza contra la mejilla de éste. John Smith tenía veintinueve años. Tenía grandes bigotes enhiestos, la barba en abanico y su rostro era aguileño. Se le dijo que el nombre de la muchachita del rey, que le había salvado la vida, era Pocahontas. Pero no era su verdadero nombre. El rey Powhatan hizo las paces con John Smith y lo puso en libertad.
Un año más tarde el capitán Smith acampaba con su tropa en la selva fluvial. La noche era densa; una lluvia penetrante sofocaba todos los ruidos. De repente, Pocahontas tocó el hombro del capitán. Había atravesado, sola, las espantosas tinieblas de los bosques. Le susurró que su padre quería atacar a los ingleses y matarlos cuando estuvieran comiendo. Le suplicó que huyera si quería salvar su vida. El capitán Smith le ofreció abalorios y cintas; pero ella lloró y respondió que no se atrevía. Y huyó, sola, por el bosque.
Al año siguiente, el capitán Smith cayó en desgracia con los colonos y, en 1609, lo embarcaron para Inglaterra. Allí compuso libros sobre Virginia, en los cuales explicaba la situación de los colonos y contaba sus aventuras. Hacia 1612, un cierto capitán Argall, que había ido a comerciar con los potomacs (que era el pueblo del rey Powhatan) raptó por sorpresa a la princesa Pocahontas y la encerró en un navío como rehén. El rey, su padre, se indignó, pero no le fue devuelta. Así languideció prisionera hasta el día en que un gentilhombre de buena presencia, John Rolfe, se prendó de ella y la desposó. Fueron casados en abril de 1613. Dicen que Pocahontas confesó su amor a uno de sus hermanos, que fue a verla. Llegó a Inglaterra en el mes de junio de 1616, donde despertó, entre la gente de la sociedad, gran curiosidad por visitarla. La buena reina Ana la acogió con ternura y mandó que se grabara su retrato.
El capitán John Smith, que estaba a punto de partir otra vez para Virginia, fue a rendirle pleitesía antes de embarcarse. No la había visto desde 1608. Ahora tenía veintidós años. Cuando él entró, ella volvió la cabeza y ocultó el rostro, no respondió a su marido ni a sus amigos y permaneció sola durante dos o tres horas. Después preguntó por el capitán. Entonces alzó los ojos y le dijo:
-Usted le había prometido a Powhatan que todo lo suyo sería de él y él hizo lo mismo; extranjero en su patria, lo llamaba padre; por ser yo extranjera en la suva, lo llamaré así.
El capitán Smith arguyó razones de protocolo, pues ella era hija de rey.
Ella continuó:
-Usted no tuvo miedo de ir al país de mi padre y lo asustó, a él y a toda su gente, pero no a mí. ¿Tendrá miedo, acaso, de que aquí lo llame padre mío? Le diré padre mío y usted me dirá hija mía, y yo seré para siempre de la misma patria que usted. Allá me habían dicho que usted había muerto...
Y le confió con voz baja a John Smith que su nombre era Matoaka. Los indios, por temor a que les fuera arrebatada por un maleficio, habían dado a los extranjeros el falso nombre de Pocahontas

PERSONAJES :


POCAHONTAS Y EL CABALLERO JON SMIT


POCAHONTAS Y SUS AMIGOS MEKOO, Y FLIT